La mayor parte de las personas pasamos casi un tercio de nuestra vida adulta trabajando. Muchos tenemos que hacerlo fuera de nuestro hogar, ya que la sociedad actual está organizada en torno a organizaciones en las que desarrollamos nuestra actividad laboral. Estas organizaciones se estructuran mediante complejos sistemas y subsistemas internos, que interaccionan entre ellos y con el exterior, formando parte de una complejísima red social y económica, que no para de crecer paralelamente a la cultura, la tecnología y el número de personas.
Es razonable pensar que la gestión de estas organizaciones es especialmente relevante. Con la dificultad añadida de ser un reto de complejidad creciente. Estructurar de forma optimizada y coherente las operaciones y las relaciones de las personas que participan en ellas, es decir, lo que normalmente se describe como "gestionar", se convierte en algo tan difícil como necesario.
Las escuelas de negocios y universidades desde hace décadas imparten contenidos avanzados y preparan a profesionales para la gestión de todo tipo de empresas y organizaciones. Este conocimiento se ha generado desde perspectivas tan diferentes como la ingeniería, la economía o la psicología. Pero hasta fechas relativamente recientes, sobre todo en los aspectos más relacionados con las relaciones humanas, no se han empezado a incorporar enfoques sólidamente basados en datos contrastables, medidas precisas y análisis objetivos, que permitan proponer teorías y planteamientos reproducibles para unas condiciones concretas.Y dado que gran parte de las tareas de gestión exigen tomar decisiones continuamente, es también obvio que la evidencia es un factor fundamental a la hora de gestionar, que ayuda a maximizar las probabilidades de éxito.
La filosofía de recopilar de forma estructurada información objetiva se ha desplegado de forma especialmente rápida en algunas áreas, impulsando exponencialmente su eficacia y eficiencia. Por ejemplo, gracias a la epidemiología y a los ensayos clínicos hoy en día los médicos disponen de mucha más información rigurosa para poder hacer sus diagnósticos y proponer los mejores tratamientos. También la investigación policial y la justicia son ahora mucho más fiables, sobre todo por los significativos avances realizados en criminalística, que mediante nuevas técnicas y expertos especialistas permite recopilar pruebas que antes eran simplemente inimaginables.
Evidentemente, la evidencia no es la panacea ni la solución a todos los problemas. Las mejores pruebas nunca serán perfectas y la evidencia no es el único factor relevante. La experiencia, el contexto, la intuición y la lógica pueden ser también muy importantes en la gestión de sistemas y situaciones complejos. Y de la misma forma que valoramos positivamente en un profesional un elevado grado de experiencia, debemos valorar la disponibilidad de un importante nivel de evidencia, lo más rigurosa y fiable que sea posible.
Por diversas circunstancias la investigación en temas relacionados con la gestión y el management, a pesar de ser muy abundante, a menudo no llega a sus "aplicadores", los gestores de organizaciones o consultores especializados. Con frecuencia se queda limitada al ámbito académico u oculta ante modas y enfoques oportunistas. O bajo una avalancha de literatura de escaso rigor, como alguna de la que se puede encontrar en la librería de cualquier aeropuerto, en la que es realmente difícil distinguir el grano de la paja.
Este blog pretende ayudar a mejorar esta situación, identificando, compartiendo y reflexionando sobre lo que dicen los últimos estudios e investigaciones sobre prácticas, enfoques y metodologías relacionados con la gestión y el management.
Además, espero que sirva como foro de encuentro, para compartir opiniones y debatir de forma constructiva.
Bienvenidos.
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