domingo, 7 de febrero de 2016

¿Qué significa "evidencia" al hablar de gestión?

Para concretar a qué nos vamos a referir en este blog con el término "evidencia", voy a utilizar el trabajo realizado por la iniciativa Center for Evidence-Based Management, una entidad sin ánimo de lucro apoyada por las universidades Carnegie Mellon, Stanford, New York University, University of Toronto, University of Bath y Free University of Amsterdam. En su web facilitan un documento sobre el tema y una sección de preguntas frecuentes, de la que he extraído y traducido gran parte del siguiente texto.

¿Qué es la gestión basada en la evidencia?



La práctica basada en la evidencia consiste en tomar decisiones a través del uso consciente, explícito y sensato de la mejor evidencia disponible a partir de múltiples fuentes:

1. Preguntando: traduciendo un problema práctico en una pregunta contestable.
2. Adquiriendo: buscando sistemáticamente la evidencia.
3. Valorando: juzgando críticamente la fiabilidad y la relevancia de la evidencia.
4. Agregando: valorando y agrupando la evidencia.
5. Aplicando: incorporando la evidencia en el proceso de toma de decisiones.
6. Evaluando: evaluando el resultado de la decisión tomada.

Todo ello para aumentar la probabilidad de un resultado favorable.

El punto de partida para la gestión basada en la evidencia es que las decisiones de gestión deben basarse en una combinación de pensamiento crítico y la mejor evidencia disponible.

Al hablar de "evidencia", nos referimos a la información, hechos o datos que apoyan (o contradicen) una afirmación, suposición o hipótesis. La evidencia puede provenir de la investigación científica, aunque también de la información interna de la empresa. E incluso la experiencia profesional puede considerarse evidencia. En principio, por lo tanto, todos los gestores basan sus decisiones en "evidencia". Sin embargo, muchos de ellos prestan poca o ninguna atención a la calidad de la evidencia en las que se basan para tomar decisiones. Como resultado de ello las decisiones de gestión se basan a menudo en las denominadas "mejores prácticas" y las historias de éxito de los CEOs famosos.

La práctica basada en la evidencia pretende abordar esta situación ayudando a los gestores a evaluar críticamente la validez, generalización y aplicabilidad de las pruebas que tienen a su alcance y la forma de encontrar la mejor evidencia disponible.

¿Qué significa "la mejor evidencia disponible"?

Los procesos de toma de decisiones se han mejorado mediante el uso de pruebas sólidas y fiables. Por esta razón utilizamos la evidencia de forma bastante automática e inconsciente, incluso para la más pequeña de las decisiones, tanto si se trata de comprar un regalo de cumpleaños a alguien o para decidir dónde ir a cenar. En la mayoría de los casos buscamos activamente para obtener información que apoye nuestra decisión, como por ejemplo la opinión de nuestra pareja, las experiencias de amigos o la crítica de un periódico local. A veces esta información es tan pobre que apenas es convincente en absoluto, en otras ocasiones, la información es tan sólida que nadie duda de su validez.

Por lo tanto, es importante ser capaz de determinar qué evidencia es la mejor, es decir, la más válida y fiable. Por ejemplo, la información más válida y fiable sobre el destino de vacaciones en Irlanda que tiene la menor probabilidad de lluvia a principios de agosto procede de las estadísticas sobre el promedio de lluvia por mes, no de la experiencia personal de un amigo que haya visitado el país una sola vez. Lo mismo ocurre con las decisiones de gestión. Por ejemplo, para tomar una decisión sobre si debe utilizar o no la metodología Seis Sigma para reducir los errores médicos en un hospital universitario británico, es más válida y fiable la información de un estudio controlado longitudinal con una muestra de 150 hospitales universitarios europeos que la experiencia personal de un colega que trabaja en el pequeño hospital privado en Singapur.

La evidencia no son respuestas, no dice lo que hay que hacer, pero ayuda a tomar una mejor decisión. Sin embargo, no siempre está disponible la mejor evidencia. En lugar de varios estudios controlados longitudinales, a veces sólo hay un único estudio de caso disponible. En esa situación este caso de estudio es la mejor evidencia científica disponible. En ocasiones incluso no hay ninguna evidencia científica, así que no tenemos más remedio que tomar una decisión basada en la experiencia personal. En esos casos, cierta evidencia experimental es mejor que ninguna evidencia en absoluto.


¿Qué tipos de evidencia hay?

Podríamos clasificar la evidencia en cuatro tipos:


1. Evidencia de la literatura científica:  Son estudios empíricos publicados en revistas científicas revisadas por pares. En las últimas décadas, se han publicado investigaciones sobre temas directamente relacionados con la práctica de gestión, tales como la motivación de los empleados, la gestión de las fusiones, el uso de los incentivos financieros, mejora del rendimiento, y selección y evaluación de los empleados. Por lo tanto, cuando se trata de hacer frente a estos problemas en la práctica, es importante tener en cuenta los resultados de estos estudios. Los gestores necesitan saber cómo buscar estudios en las bases de datos y aprender a evaluar críticamente la validez y aplicabilidad de los mismos.

2. Evidencias de la organización: Son pruebas tales como los datos y cifras, análisis del negocio, sistemas de información de gestión, evaluación comparativa, información de sucursales, cultura de la organización y sus características. Un gestor debe tener en cuenta la situación a fin de determinar qué tipo de evidencia puede ser útil. Por ejemplo, cuando se utilizan las entrevistas para averiguar qué está causando rotación de personal, si los que abandonan reportan una alta incidencia de estrés en el trabajo, las pruebas pueden estar relacionando el estrés con una elevada rotación. El conocimiento de la situación facilita el buscar y usar la evidencia apropiada para identificar posibles explicaciones para un problema, definir las intervenciones útiles y los requisitos de implantación.

3. Experiencia profesional: Se refiere a la comprensión, la capacitación y la experiencia de los profesionales acumulada con el tiempo. A este tipo de evidencia se le suele llama "conocimiento tácito". Hay muchos profesionales que han estado trabajando en el campo de la gestión durante años y su conocimiento es vital para determinar si un problema de gestión es realmente  un problema, si los datos de negocio son fiables, si los resultados de la investigación científica es aplicable, y si la solución propuesta, dado el contexto y las características de la organización, factible. La evidencia de los profesionales, por lo tanto, siempre debe tenerse en cuenta en el proceso de toma de decisiones.

4. Los grupos de interés: Son las personas o grupos que pueden verse afectados por las decisiones de una organización y sus consecuencias. Los grupos de interés internos incluyen a los empleados y directivos, los grupos de interés externos pueden ser los proveedores, clientes, accionistas, el gobierno y el público en general. Los valores y las preocupaciones de los grupos de interés muestran lo que ellos consideran importante, que a su vez afecta a la forma en la que tienden a reaccionar ante consecuencias de las decisiones de la organización. Pueden dar más o menos importancia, por ejemplo, al beneficio a corto plazo frente a la sostenibilidad a largo plazo, al bienestar del empleado frente al abandono, a la reputación de la organización frente a la rentabilidad y a la participación en la toma de decisiones frente al control jerárquico. Las organizaciones que sirven o responden a diferentes grupos de interés pueden llegar a muy diferentes decisiones sobre la base de la misma prueba (por ejemplo, ExxonMobil y Greenpeace).

¿Cómo se clasifica y evalúa el nivel de evidencia de la literatura científica?


En la práctica basada en la evidencia, se utiliza deliberadamente el término "evidencia"  en lugar de "prueba". Esto pretende resaltar que la evidencia no es lo mismo que la prueba, ya que la evidencia puede ser muy pobre y resultar poco convincente o muy sólida y que nadie dude de ella. Por tanto, es importante ser capaz de determinar qué evidencia es la más valiosa.

En la la literatura científica para este propósito se utilizan los llamados "niveles de evidencia", que especifican un orden jerárquico para diversos tipos de estudios, en función de la solidez de su evidencia.


Las investigaciones más frecuentes son los llamados "estudios  observacionales” (identificados en la pirámide como "longitudinal" y "cross sectional studies"). Son investigaciones que recopilan datos (por ejemplo, edad, género, nivel social, hábitos, satisfacción, rendimiento , etc.) y que posteriormente se analizan para comprobar si existe algún tipo de asociación o correlación entre ellos. Cuanto mayor sea la muestra y más amplio el periodo de observación, más relevantes serán los resultados. El talón de Aquiles de este tipo de estudios reside en su propia naturaleza, ya que la relación entre dos factores, no implica necesariamente causalidad. Por ejemplo, es conocida la correlación entre el consumo de chocolate per cápita y el número de Premios Nobel , sin embargo sería un error pensar que el hecho de comer chocolate pueda aumentar las probabilidades de obtener tan preciado reconocimiento. Por otro lado, estas relaciones pueden ser de naturaleza compleja y múltiple, dificultando el proceso de deducción. En este sentido, existen las llamadas “variables de confusión”, otras variables que también están influyendo en los resultados y que podrían ser las responsables de la asociación.

El segundo tipo de investigaciones son más fiables que los anteriores, los llamados "estudios de intervención", "ensayos controlados" o RCT (en la cúspide de la pirámide, Randomised Controlled Studies"). En este caso se modifica una variable de forma intencionada (por ejemplo, cambiar algo en el puesto de trabajo, ofrecer un incentivo …) y se analizan los cambios que se producen en diversos indicadores tras un periodo de tiempo (satisfacción, rendimiento…). Es decir, ya no se trata de una simple observación de datos, sino de provocar un cambio controlado y estudiar sus efectos concretos. En función del tamaño de la muestra y de su duración, un ensayo es más o menos valioso como prueba científica, pero también son muy importantes sus características y su diseño, siendo los siguientes factores los que aumentan su rigurosidad:

  1. Aleatoriedad. La intervención se realiza en un sistema o grupo de sujetos representativo de lo que queremos estudiar, pero elegido al azar, sin ningún tipo de criterio concreto. De esta forma se evita que sus predisposiciones previas puedan afectar al resultado (por ejemplo, que se apunten al estudio solo personas que tienen otras variables en común, que podrían también afectar al resultado). 
  2. Con grupo de control. Se establece un segundo sistema o grupo que hará de contraste, en el que no se realiza ninguna intervención o, mejor aún, se realiza una intervención alternativa o “falsa” y cuyos resultados se comparan con los de intervención. 
  3. "Doble ciego”. Para evitar sesgos, ni los participantes ni los investigadores saben cuales el grupo o sistema de intervención y cuál es el de control. Esta condición es relativamente sencilla de cumplir en estudios clínicos, pero muy compleja en estudios sobre gestión. 

Para finalizar, por encima de estos dos tipos de estudios, están los que podrían considerarse los más fiables para sacar conclusiones  prácticas. Son los que recopilan y analizan de forma crítica un conjunto de ellos (observacionales o de intervención) y sus resultados, basándose en criterios definidos (tamaño de la muestra, periodo de tiempo, diseño del estudio, heterogeneidad de resultados, posibilidad de sesgo…). Los hay de diversos tipos, aunque los más populares son las revisiones sistemáticas llamadas “metaanálisis”, que tienen una metodología concreta y definida e incluyen un análisis de resultados cualitativo y cuantitativo.

Basándonos en estos tres tipos generales de evidencia, los observacionales, los de intervención y las revisiones, la solidez de la evidencia científica sobre un tema específico puede clasificarse mediante la siguiente la siguiente lista simplificada:

1. Revisiones sistemáticas de estudios de intervención
2. Estudios de intervención
3. Revisiones sistemáticas de estudios observacionales
4. Estudios observacionales

Conviene dejar claro que hay estudios mejores y peores y revisiones mejores y peores, así que los niveles de evidencia son orientativos, ya que en cada caso habría que valorar la cantidad y calidad de evidencias disponibles.

Una disciplina en la que la práctica basada en la evidencia es especialmente relevante es la medicina, por ello su desarrollo ha sido muy importante durante los últimos años y es un buen foco para aprender y profundizar. Por ejemplo, hay mucha iformacion en la web promovida por la Universidad de Oxford "Center for Evidence Based Medicine".

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